Reivindicando lo nuestro: Ainhoa Arteta.

Cuando aún da coletazos mi post sobre Il Divo, me atrevo a volver a hablar de música. Muchos no iniciados en la música me han preguntado ¿Todas las cantantes de ópera son como Montserrat Caballé? La respuesta es obvia: No, la mayoría cantan peor. No es este el caso de Ainhoa Arteta, una verdadera maquina. Una mujer preciosa que pone la carne de gallina con su voz, ya sea haciendo de Liú en Turandot, o de Micaela en Carmen.

De ella quiero hablar hoy, porque no es una mujer de la que se hable mucho en nuestro país, y supongo que eso es una suerte para ella, porque así se ahorra que la persigan los del tomate. Ella es una belleza rubia que va desparramando simpatía por donde pisa, pero claro ... en realidad me daría igual que fuera fea y desagradable, mientras siga cantando como lo hace. Es un placer llegar a casa, poner el salón a oscuras, servirte una copa de vino, escuchar cualquier pieza de su repertorio, y perderte. No hace falta que sea un buen vino, cualquier tintorro sabrá a gloria.

Para los no aficionados a la ópera, recomiendo este videoclip: De Profundis. Es algo facilito de escuchar y con el que cualquiera se puede hacer una idea de lo que estamos hablando.

Para los curiosos y para los gatos, recomiendo este vídeo donde la soprano rompe una copa en una plató de televisión, con su vocecita. El audio está desacompasado con el vídeo, pero es lo que hay.

Para terminar, y porque al final llega el final, os dejo este vídeo de un recital en Valladolid. No tiene buen audio, pero quizás lo suficiente para que os pique el gusanillo. Por cierto, ese del piano es Roger Vignoles ... ya sabeis, de los ¡Vignoles de toda la vida! Cuando yo empecé a tocar el piano, si se me ocurría encorvarme de la manera en que él lo hace, mi profesora me pellizcaba la espalda y me daba un grito... pero él es tan bueno que daría igual que tocara con los pies mientras lee el Marca. Cuando uno es el mejor, puede tomarse esas licencias.